¡Corazones solidarios en Ñuble! Estudiantes de Duoc UC llevaron esperanza a San Ignacio

Cerca de 70 jóvenes, estudiantes de Duoc UC Concepción, cambiaron sus libros y computadores por botas y abrigos para vivir una experiencia inolvidable en las Misiones de Invierno 2025, ¡y lo hicieron aquí, en nuestra querida Región de Ñuble!

Durante la semana del 25 al 30 de julio, estos estudiantes llenos de energía y fe llegaron hasta las localidades rurales de Selva Negra, Lourdes, Los Robles y Maitenes, en la comuna de San Ignacio. Bajo el lema “En Jesús nuestra confianza, sembremos la esperanza”, compartieron no solo su tiempo, sino también la alegría y el apoyo a familias que muchas veces están más alejadas de los centros urbanos.

El padre Francisco Llanca, capellán general de Duoc UC, que los acompañó en esta aventura, destacó lo importante de "valorar cada encuentro como Cristo nos invita a hacerlo, desde la alegría de compartir, la escucha, la oración o el simple hecho de ayudar con cariño”. Y es que el impacto de estos jóvenes se sintió de verdad. Norma, una vecina de Selva Negra, emocionada, les agradeció: "Han pasado frío, han tenido dificultades, pero están felices. Y eso me pone contenta, porque verlos así nos da esperanza”. ¡Imagínense la emoción!

En Los Maitenes y Los Robles, donde ya los conocían de años anteriores, Sergio Eduardo Faúndez, de la comunidad, comentó: "Este es el tercer año que compartimos con ellos. Son jóvenes comprometidos y muy responsables. Ha sido una misión muy bonita”. ¡La continuidad hace la diferencia! Incluso en las escuelas rurales, como la de Lourdes, el profesor Fabián Colilef vio cómo "el impacto que generan en nuestros niños es muy grande. Se nota el espíritu y la formación de Duoc".

Para los mismos estudiantes, esta fue una experiencia que les cambió la vida. Alejandro Villanueva, futuro Analista Programador Computacional, contó cómo "la gente nos recordaba, nos esperaba. Los niños querían que llegáramos a sus casas, nos invitaban a comer... Fue una experiencia inolvidable”. Y Génesis Malgarejo, estudiante de Enfermería, resumió: “Me voy siempre con el corazoncito lleno después de misiones, pero esta zona marcó un antes y un después para mí”.

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